PLACA 3
Ubicada en la calle Joaquina Delgado Vega.
Era normal que los perros siguiesen a sus dueños e incluso entrasen dentro de las iglesias; estampa que es reflejada en uno de los cuadros costumbristas del pintor Jenaro Villamil. Por esta razón, el Abad nombra a un personaje para ahuyentarlos, denominado perrero, vestido con una gorra colorada y una vara.La figura del perrero desempeñaba una labor importante en el entorno de la Iglesia al ahuyentar a los animales que tenían por costumbre entrar en ella como bien representa Jenaro Villamil en uno de sus cuadros costumbristas.
Por eso, el cura nombraba a un vecino del pueblo para desempeñar este trabajo. Es curioso que esta función no sólo se limitara a los días de misa sino que se trasladaba igualmente a los días que se realizaba alguna procesión por el pueblo.
Esta zona fue denominada así porque en ella, este personaje tenía propiedades.
A continuación podemos leer un documento (Parroquia de Torrent. Valencia) en el que se especifican los trabajos que desempeñan los laicos en el ámbito eclesiástico. Entre estos oficios se encuentra el del perrero.
La Configuración de una Cristiandad Barroca (Siglos XVII-XIX).
OFICIOS PARROQUIALES REALIZADOS POR LAICOS.
El Perrero
Las fuentes consultadas tan solo hacen referencia a la existencia de la figura del perrero, pero nos silencian cualquier información sobre sus cometidos específicos, nombramiento y retribuciones. Hasta 1781 recibía su salario de los fondos de la obrería, pero por el difícil estado que atravesaban sus finanzas, el ayuntamiento acordó que en adelante recibiera su salario de la administración de fábrica.
Podemos pensar, como en el caso del enramador, que su tarea sería compatible con el desempeño de otras tareas parroquiales.
En las cuentas del periodo comprendido entre 1764 y 1768 se incluyen los salarios del perrero y barredor de la iglesia. Pero en el año 1781 al perrero se le asocia el cometido de manchador del órgano.
El perrero, figura característica de la liturgia barroca, ha permanecido en las procesiones del Corpus de Valencia y de su octava, celebrada en el claustro del colegio de Corpus Christi de la capital. A través de estos actos deducimos que sus cometidos consistirían en salir delante de las procesiones para abrir el paso y apartar con un bastón los perros y otros animales que pudieran presentarse a su paso, así como expulsar a los perros y otros animales que podían entrar en el templo.
Bibliografía : Parroquia Asunción de Nuestra Señora de Torrent. Plaza de la Iglesia, 46900 Torrent (Valencia, España)